Inidistintamente de la fecha aún estamos en enero; mes en el que nos encontramos con gente y aún deseamos “feliz año”… mes en el que aún debemos prestar toda la atención al momento de escribir la fechas porque se podría colar un 2022 por allí y es que al cerebro aún está haciendo sus reajustes del año nuevo. ¿Ya tu corazón hizo el reajuste?
Hoy vengo a saludarte… darte un cariño y preguntarte cómo vas a estos 17 días de haber comenzado el año. ¿Cómo te sientes?… ¿todavía estás pensando intencionalmente en cómo quieres vivir este año o ya pareces una máquina imparable de producción de resultados? como si ya llegamos a julio.
Te quiero contar que recién por mis stories de instagram le pregunté a la comunidad…. cómo se quiere sentir en este 2023… porque por lo general los 31´s de diciembre nos fajamos (jajajaja yo hice ésto hasta mis 20 y pico) con cada uva a soñar en todo lo que queremos hacer y lograr (sin mucha intención ni plan estratégico), pero dejamos el ser y el sentir por otro lado y cuán necesario es recordar que para poder lograr y hacer, primero debemos ser. Quizás y parezca un medio trabalengüas ésto, pero yo venía de esta mentalidad (desde niña) de mucho hacer y muy poco me detenía al sentir. La verdad tenía que dar resultados porque ese era el chip de mi cabeza… por mis creencias y porque yo creía que eso era lo que esperaban los demás de mi… -el cuento más extenso lo consigues en mi libro “De Niña Sumisa a Mujer Libre”- pero después de tocar fondo, sentirme desconectada de mi, de mi matrimonio, de mis hijas y de todo lo que genuinamente me representaba, agotada y entendiendo mis malestares físicos, decidí iniciar mis años con una nueva mirada, sin que la “to do list” estuviera repleta de cosas, sino que por el contrario, se tratase de un proceso más compasivo y respetuoso para mi. Y por ello, te pregunto de nuevo: ¿Cómo te sientes hoy y cómo te quieres sentir en este año?.
Al final el ser es lo que queda… es lo que permanece.
Te voy a contar algo íntimo. Hoy 17 de enero es el cumple de mi madrina. Ella ya no está físicamente en este plano, pero apenas desperté hoy la recordé y la felicité y más aún agradecí porque ella me hizo sentir muy amada. Todas las tardes, de mi primera infancia, tengo un recuerdo nítido de su presencia en mi vida. Nos preparaba a mi primo y a mi nuestra merienda, nos sentaba en su cocina, hablábamos, nos escuchaba, reíamos… ella jugaba con nosotros… y siempre con una sonrisa tan particular. Mi madrina siempre siempre fue consentidora, me llamaba “mi niña”… y siempre está… no recuerdo “todo lo que hizo”, la verdad… lo que más recuerdo es cómo me hizo sentir con su particular forma de “ser” y eso me acompañará siempre.
A ésto me refiero. Mi madrina hoy me confirma con su presencia mis preguntas a tí: ¿Qué quieres ser?… ¿cómo te quieres sentir?, porque en función a esa respuesta, podrás visualizar las diferentes opciones a emprender que podrían llevarte a ese sentir. Yo no sé si mi madrina tenía esa intención cada año, pero lo logró. Me hizo sentir amada…. siempre… hasta en la adolescencia su casa era mi espacio seguro para ir a aprender a bailar, echar cuentos, ser yo sin miedo a ser juzgada y sentir esa confianza de hablar cosas que quizás no hablaba en casa… su corazón lo abrió a mi y hoy me siento agradecida por tener la oportunidad de haber sido acogida por sus brazos y su alma.
Pero, bueno, ya dejo mis cuentos por ahora.
¿Sabes?… espero que tu año sea maravilloso. No sé que quieras sentir, pero te deseo mucha calma, conexión y esperanza… Espero que te detengas, cada vez que te sientas en acelere, a respirar con consciencia, a agradecer y a contemplar el “ahora” porque es lo único que tenemos. A sentir y a accionar porque allí en equilibrio es cuando la magia es posible.
Espero que este año dejes huellas y que no sólo te sientas amado, sino que puedas esparcir de ese amor que recibes de la vida, a tu alrededor.
Te abrazo fuerte en este inicio del 2023
Luiza